HACE 50 AÑOS
Por: C.L. Dr.
Gumersindo Henríquez Mendoza
Gobernador Distrito F-6 – 1986 -1987
Sabanalarga, Marzo de 2002
En la Navidad del siglo pasado, un
31 de diciembre de 1951, se organizaba y juramentaba la primera Junta
Directiva del Club de Leones de Sabanalarga, en la residencia del
compañero desaparecido Enrique Villa Posada. La misma que, el 22 de
marzo de 1952, recibiera en cabeza de su presidente, el Dr. Carlos
Adolfo Manotas Vargas de manos del Dr. Diego Llinás Pimienta, presidente
del Club de Leones de Bogotá y representante personal del Gobernador del
Distrito F2, doctor Yecid Trebert Orozco, la Carta Constitutiva que lo
acreditaba como miembro activo de Lions International.
Así hace su aparición en Sabanalarga la
creciente organización de servicio humanitario Lions International,
quince años después de que hiciera su aparición en Colombia y Suramérica
con la fundación del Club de Leones de Barranquilla, el que fuera
nuestro patrocinador o club padrino.
Desde sus inicios, sus fundadores entendieron la
grandeza del leonismo, y con ese mismo espíritu emprendieron la
realización de grandes obras dentro de un ámbito tan precario como el
nuestro, pero seguros, como en efecto lo fue, de que ese empeño tenaz
como lo dice nuestro himno iba a tener mucha acogida en toda la
ciudadanía, en donde fue calando nuestra institución como una de las más
respetadas y respetables de nuestra sociedad.
Es así como el Club irrumpe en el desarrollo
mismo de nuestro municipio con la reparación, en el mismo año de su
fundación, del parque central o camellón Arévalo, siendo alcalde de la
ciudad, uno de nuestros socios fundadores, y al año de su fundación, ya
estaba inaugurando una de las obras más importantes de nuestro cubil,
como fue la construcción del pabellón infantil dentro del Hospital de
Sabanalarga, gracias al Reinado de la Caridad, que tuvo la iniciativa
del compañero león fundador Guillermo Vargas Solano y con la
participación activísima de la señorita Petra Mastrodomenico y la hoy
compañera Neyla Carbonell, quienes como candidatas del reinado
desplegaron acciones que traspasaron los límites de nuestro departamento
hasta llegar a la misma capital de Bogotá, y cuyo producido pudo lograr
la terminación de esta obra que se había iniciado con algunas rifas,
marchas del ladrillo, bailes y otras colectas.
Tres años más tarde, y con el mismo entusiasmo,
se inauguraba el Parque de la Madre, gracias a la colaboración de don
Mario Movilla, y más tarde se construyó el Parque de la Selva, aledaño a
la laguna de Arroyo Sucio. Con el mismo espíritu de servicio, y durante
ocho años, sostuvo becas a un grupo de estudiantes hasta la obtención de
sus títulos de Maestras Superiores.
En 1964 construyó los bordillos del pavimento de
la avenida Bogotá, con un aporte de don Anselmo Hoyos. En 1967 adquirió
la sede, que más tarde fue ampliada y reformada con auxilios
departamentales gestionados por el compañero Abel Daza Barandica, y que
sirvieron además para la pavimentación del frente y la construcción del
pequeño parque frente a la sede. En 1968 se estaba juramentando el
primer Club Leo de Colombia y Sudamérica en el Club de Leones de
Sabanalarga.
Por muchos años mantuvimos un centro de
nutrición para niños preescolares con la colaboración del Ministerio de
Salud y Bienestar Familiar. Gracias a una oportuna solicitud del Club
ante altos funcionarios de Telecom, esta empresa resolvió instalar el
servicio de teléfonos urbanos y automáticos con que hoy cuenta la
ciudad, hace ya 27 años. Y gracias también a gestiones ante el
Ministerio de Agricultura, por parte del compañero Luis Francisco
Mercado, se instaló en esta ciudad la desmotadora que se iba a instalar
en Barranquilla. También, por gestiones de nuestro cubil, se logró la
instalación, el año pasado, el servicio de Internet.
Son innumerables las actividades realizadas por
el club en estos 50 años de existencia: llevando brigadas de salud a los
barrios y corregimientos de Sabanalarga, construyendo parques en los
corregimientos, ayudando cada año a los presos de la cárcel, llevando
una sonrisa a muchos niños en cada Navidad o colaborando en la
nobilísima misión de restaurar o mantener la vista a muchísimas personas
de Sabanalarga y sus alrededores. Pero solo quiero significar, con lo
que hemos mencionado, que, aunque parezca fácil la fundación de un Club
de Leones, solo podrá sobrevivir dentro del vórtice engullidor de
nuestra sociedad moderna cuando logre canalizar, interpretar y brindar
soluciones oportunas a las necesidades de las personas marginadas por la
misma sociedad.
Porque a través de ellas podemos comprender
mejor que todo hombre es un ciudadano de su comunidad y de su país, pero
un león es algo más: es un ciudadano del mundo, porque al ayudar en las
soluciones de las necesidades del mundo, el león sirve a todos los
hombres.
Los leones somos buenos cuando luchamos una vez
en alguna actividad; somos mejores cuando luchamos un año para mantener
en alto nuestro cubil; pero somos indispensables cuando luchamos toda
una vida para llevar una sonrisa a un niño, alejar una tristeza de un
enfermo o brindar bienestar a una comunidad.
Han pasado 50 años desde cuando ese puñado de
hombres prestantes de nuestra comunidad iniciara voluntariamente el
recorrido nobilísimo del servicio y la solidaridad humana. Y aunque
ninguno hace parte de nuestra nómina actual, 15 de ellos por haber
partido a una vida mejor, estamos seguros de que, con la presencia de
los que nos acompañan en esta vida y con el recuerdo de los que ya
partieron, seguiremos siendo portadores de esa garra, ese entusiasmo y
esa llama del servicio por muchísimos años más, como testimonio de la
nobleza y la grandeza de esta sublime filosofía del leonismo.
Gracias a sus fundadores. Gracias a todos los
que han pasado por esta institución. Y gracias a los socios actuales,
que, con su sacrificio, con su entrega y con su presencia, vamos a
seguir poniendo en alto nuestra comunidad, nuestra institución, nuestro
distrito y el leonismo colombiano todo.
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